Mar, Fuego y Memoria: las voces que inspiraron San Sebastián Gastronomika 2025

by octubre 13, 2025

La ciudad de San Sebastián, en el País Vasco, ha vuelto a encender sus fogones. Desde el 6 al 8 de octubre el Palacio Kursaal acogió la XXVII edición de San Sebastián Gastronomika, que este año se presentó bajo el lema “Tradición y regeneración”, siendo nuevamente un punto de encuentro y diálogo para imaginar el futuro de la cocina.


Desde 1999 este congreso ha sido un faro para cocineros visionarios, críticos y amantes de la buena mesa. Nacido en la cuna de la cocina vasca, se consolidó como un foro global en el que la innovación no teme mirar atrás y donde productores, científicos y chefs piensan la gastronomía como una forma de cultura viva.


Regenerar más que sostener

La palabra clave de esta edición fue ”Regeneración”, entendida como una acción que va más allá de la sostenibilidad. No se trata sólo de conservar lo existente, sino de devolver vida al entorno, a los oficios y a las mesas. El mar se instaló en el centro del relato, destacando las algas, la pesca responsable, y los biomas que conectan el mar Cantábrico con el océano Atlántico. El fuego, por su parte, volvió a ocupar un lugar esencial: brasas, parrillas y técnicas ancestrales que se renuevan, manteniendo vivo el pulso más primitivo de la cocina. Junto a estos, la memoria reapareció en forma de raíces culinarias, ingredientes olvidados y tabernas que hoy se reivindican como espacios donde se cocina identidad y comunidad. La idea fue clara y urgente: regenerar la tierra, el mar, los oficios y la manera en que nos alimentamos.


"El mundo del mar como conector de la humanidad"
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)


"Técnica, emoción y reflexión en torno al fuego, la sostenibilidad y la memoria"
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)


"Cocinar la memoria y reivindicar la tierra"
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)


Los protagonistas del cambio

Entre los nombres confirmados destacó Mitsuharu “Micha” Tsumura (Maido, Lima), reciente ganador del título al Mejor Restaurante del Mundo 2025 por The World´s 50 Best Restaurants. Lo acompañaron Niklas Ekstedt (Suecia), quien ha convertido el fuego en una auténtica religión nórdica; Thalía Barrios (México), cocinera profundamente arraigada en la identidad oaxaqueña y su pulso comunitario; Jefferson García (Colombia), que combina ingredientes autóctonos y técnicas contemporáneas con una mirada fresca y sostenible; y Viviana Varese (Italia), exponente del activismo gastronómico a través de una cocina sensible y comprometida.


"A veces la mejor forma de regenerar es no destruir"
Mitsuharu “Micha” Tsumura
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)


España se presentó con nombres emblemáticos como Joan y Jordi Roca, Elena Arzak, Andoni Luis Aduriz, Eneko Atxa y Ramón Freixa, además de los maestros de la brasa José Gordón y Jon Ayala.

Entre las voces femeninas que enriquecieron esta edición, destacaron Nieves Barragán, cocinera bilbaína afincada en Reino Unido, y Maca de Castro, quienes representaron el diálogo constante entre tradición, territorio e innovación.

También participaron figuras ligadas al mundo marítimo y comunitario, como Roderick Sloan, pescador sostenible y proveedor de mariscos que conecta la pesca artesanal con la alta cocina, estableciendo una relación directa con el restaurante Noma (Copenhague).


Roderick Sloan
Chef y pescador de la península de Steigen (Noruega)
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)


Este año, el invitado especial fue Río de Janeiro, la primera ciudad latinoamericana homenajeada por el congreso. Su cocina mestiza — cruce de raíces indígenas, africanas y europeas — llegó a San Sebastián con color, ritmo y una energía contagiosa que impregnó todo el Kursaal.


Premios y homenajes

El congreso rindió homenaje al genio británico Heston Blumenthal, pionero de la cocina contemporánea y multisensorial, quien recibió el Premio Homenaje en reconocimiento a una trayectoria que transformó la manera de entender la gastronomía moderna. El Gueridón de Oro fue otorgado a Almudena Alberca y Sara Pérez, por su destacada labor en el mundo del vino y la viticultura de autor. El Premio de Periodismo Pau Albornà i Torras recayó en José Carlos Capel, referente del periodismo gastronómico en el ámbito iberoamericano, mientras que el reconocimiento como Tabernero Mayor fue para Mariano García, alma del histórico restaurante Donald de Sevilla, símbolo de hospitalidad y cocina tradicional.


Almudena Alberca / Mariano García /
José Carlos Capel / Heston Blumenthal / Sara Pérez
(créditos fotográficos www.sansebastiangastronomika.com)

Tres días para vivir la cocina

Durante el congreso, el Kursaal fue escenario de ponencias, showcookings y debates, junto a la feria de expositores donde productores, marcas y tecnología compartieron espacio con concursos y degustaciones. Hubo competencias como el Campeonato Mundial de Callos, los concursos de Ensaladilla Rusa, Txuleta y Sopa de pescado, y el Foro de Tabernas y Taberneros, que aportando cercanía y comunidad al programa.


Una experiencia que trasciende el congreso

No hace falta estar en Donostia (San Sebastián en euskera, lengua propia del País Vasco) para entender que este evento culinario cada año marca el pulso de lo que vendrá. Esta edición no sólo exhibió tendencias, las provocó, y es allí donde se ensayan nuevas miradas sobre lo que significa cocinar hoy, en un mundo que pide menos espectáculo y más coherencia, menos “sostenible” y más “regenerativo”.

Vale la pena seguirle la pista, incluso a la distancia, porque lo que se debate en sus escenarios y pasillos termina influyendo en la forma en que cocinamos, enseñamos y pensamos de la comida desde cualquier rincón del mundo.

San Sebastián Gastronomika 2025 no es sólo un encuentro para chefs, es una brújula y un recordatorio de que la cocina sigue siendo cultura, identidad, transformación y que mirar hacia Donostia, aunque sea desde el otro lado del mapa, es también una forma de mantener encendido el fuego.



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¡Nos vemos en la próxima mesa!


SAN SEBASTIÁN GASTRONÓMIKA. Kursaal, Donostia - San Sebastián, España. Para conocer más visita su perfil de instagram @ssgastronomika y su sitio web www.sansebastiangastronomika.com


DeMo Magnolia y ARAYA: Cuando Santiago y Singapur se sientan a la misma mesa

by septiembre 21, 2025


Hay noches en que la ciudad parece guardar un secreto, la cocina se convierte en escenario y los sabores en relato. El pasado 9 de septiembre, DeMo Magnolia (@demo.magnolia) fue el epicentro de un encuentro único que me transportó directo al corazón del sudeste asiático. 




El anfitrión fue el chef Pedro Chavarría (@pedrochaq), dueño de una cocina franca, sin artificios y con obsesión por el sabor, quien abrió las puertas de su espacio gastronómico para recibir a Francisco Araya (@franciscoaraya_r), chef y cofundador de ARAYA (@araya_singapore) en Singapur, el primer y único restaurante chileno galardonado con una estrella Michelin. Juntos ofrecieron un menú de degustación de ocho tiempos, maridado con vinos de Viña Calyptra (@calyptrawines),  que se sintió como una conversación armoniosa, con pausas calculadas y un respeto absoluto por el producto.

Cabe destacar que aunque el menú de tiempos es el mismo para todos los comensales, solicité una versión pescetariana que amablemente fue aceptada y preparada por el equipo.

Los snacks fueron la primera pista de lo que vendría. Un mini brioche esponjoso, relleno de tofu y lactonesa que se deshacía antes de que pudieras pensarlo. Luego, un merengue de tomate y gel de merkén que encendía las papilas con un sutil picor, coronados con camarón de roca. El primer sorbo del rosé Vivendo 2020 fue como un verano adelantado: fresco, fragante y lleno de energía. Su dulzor frutal equilibró la suavidad del brioche, su frescura limpió el paladar entre cada bocado, y la persistencia en boca resaltó el merengue de tomate y la intensidad del merkén sin opacarla. Fue un maridaje juguetón, de esos que invitan a quedarse y despiertan la curiosidad.



La conversación se volvió más íntima con los entrantes, elevando el juego de texturas a otro nivel. Una croqueta de zanahoria con salsa de levadura, crujiente por fuera y cremosa por dentro, liberaba un intenso umami al primer mordisco. Le siguió un chawanmushi (flan salado y sedoso de origen japonés) con jaiba y erizo, perfectamente equilibrados. Cada cucharada parecía mejor que la anterior. El Gran Sauvignon Blanc 2018, actuaba como hilo conductor y mediador entre ambos platos, con notas cítricas y tropicales que realzaban la dulzura de la zanahoria y la salinidad del erizo, creando un maridaje de contraste y manteniendo el paladar listo para explorar nuevas sorpresas.


Los fondos fueron verdaderos haikus (pequeños poemas japoneses) culinarios. Los sorrentinos de zapallo camote y espuma de coliflor asada eran un abrazo dulce y reconfortante, mientras que el chancharro - pez de roca propio de toda la costa chilena - llegó con una combinación de yuzu de ají amarillo, beurre blanc y kombu blanco, que hizo callar la mesa por unos segundos. El Gran Pinot Noir 2023 se movió con elegancia, aportando profundidad, taninos aterciopelados, y aroma a frutos rojos con especias que abrazaron la dulzura del zapallo y equilibraron la untuosidad de la beurre blanc. Un maridaje de fuerza y sutileza imposible de olvidar.




El final fue una caricia y un juego: sorbete de papaya con espuma de queso de cabra, seguido de un mousse de manzana confitada y un toque lúdico de algodón de azúcar que devolvía a la infancia. El Late Harvest Solvita 2023 cerró la experiencia con broche de oro. Sus notas a miel y frutas tropicales se fundieron con el sorbete y la espuma, mientras que la manzana encontró en este vino un espejo aromático, prolongando el recuerdo de cada bocado hasta el último segundo.




Más allá de los sabores, hubo algo que no se puede describir con palabras: la complicidad de dos cocineros que se respetan y se entienden. Cada plato se presentó con explicaciones breves y tiempos medidos con exactitud, logrando que la experiencia se sintiera cercana y sofisticada a la vez.

Esa noche no hubo excesos ni pretensiones, más bien una cocina pensada, sabores que dialogaron y una firme declaración: Chile tiene talento, visión y audacia para estar en cualquier mesa del mundo cuando se atreve a mirar más allá de sus fronteras.




Si esta crónica resonó contigo y despertó tu interés por nuevas experiencias gastronómicas, cuéntame... ¿Qué chefs o restaurantes consideras que deberían protagonizar un próximo encuentro como este?

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¡Nos vemos en la próxima mesa!


DeMo Magnolia - Huérfanos #539, Santiago. / Araya - Mondrian Singapore Duxton 83 Neil Road, #01-08, Singapur. Para conocer más sobre sus propuestas culinarias y novedades visita sus perfiles de Instagram @demo.magnolia / @araya_singapore.

JAVIERA PALACIOS: El fuego joven que cocina la nueva identidad chilena.

by agosto 24, 2025

 

En los últimos años la gastronomía nacional ha vivido un recambio generacional vibrante. Entre quienes marcan este nuevo pulso viendo la cocina como herramienta de transformación cultural, aparece Javiera Palacios Gallardo, chef de apenas 23 años cuya historia se ha forjado entre recuerdos familiares, cocinas influyentes del mundo y una visión propia que ya empieza a dejar huella.




“Creo que la esencia de nuestra cocina sigue viva, sólo hay que saber dónde buscarla. Está en las ferias locales, en la Vega y en los restaurantes de barrio. Nuestra cocina es muy familiar y eso la hace tremendamente representativa de nuestra cultura”

(Javiera Palacios - Chef Privada)


Conocí a Javiera cuando fuimos pasantes en el restaurante BORAGÓ, le propuse reunirnos y aceptó con la mejor disposición. Fanáticos del buen café, nos reencontramos en Rebelde Bakery & Coffee en el tercer piso del MUT. Entre aroma a bollería recién horneada y café de especialidad, Javiera pidió un Espresso Tonic y yo un Iced Matcha Latte. Apenas cruzamos miradas supe que esta no sería una entrevista más, sino una invitación a entrar en su universo: sensible, técnico y tan certero como un cuchillo bien afilado.

 

La chispa que encendió su pasión

Desde muy pequeña, Javiera supo que la cocina era su camino. A los cinco años, vestida de chef en su ceremonia de egreso del jardín infantil ya lo decía con seguridad, pero fue a los siete cuando algo cambió de manera definitiva: su abuelo materno, creyendo profundamente en su sueño, le regaló un traje de chef hecho a medida: “Ese mismo año empecé a usar los fuegos de la cocina, siempre con permiso y mucho cuidado. Desde entonces, supe que este era mi camino”.

Detrás de esa vocación temprana hubo figuras familiares claves: un abuelo entusiasta apoyando incondicionalmente y una abuela cocinando con calma un queque para la once: “Hoy, la única herencia material que conservo de ella es su libro de recetas escrito a mano. Lo guardo como un tesoro”. Ese vínculo afectivo transformó la cocina en un espacio íntimo, emocional y una manera de vivir.

En el plano profesional hay un nombre que Javiera considera guía, la chef chilena Fernanda Fuentes (@ferfuentescardenas): “Me inspira profundamente porque supo abrirse paso con fuerza y presencia, sin caer en el ego y desde un poder femenino muy genuino. Que haya estudiado en el mismo lugar donde yo me formé me hizo pensar que también es posible llegar lejos desde este rincón del mundo”.




De Boragó a Disfrutar: forjando carácter

Javiera estudió en Inacap, pero su carácter profesional se templó en dos cocinas de renombre: Boragó (Santiago de Chile) y Disfrutar (Barcelona, España).

“Boragó fue mi primer acercamiento real a una cocina de alto nivel. Ahí entendí que lo más importante no es el talento, sino la disciplina. Aprendí a moverme bajo presión, a mantener un ritmo constante y a ver la exigencia como una herramienta de crecimiento”.

El paso por Disfrutar fue un salto algo más duro: “Al inicio fue difícil emocionalmente, pero algunos chefs del restaurante confiaron en mí y logré encontrar mi lugar. Estar lejos de casa enfrentando críticas duras me enseñó a continuar con determinación y a ganar confianza en mí misma”.

En estos espacios también enfrentó desafíos por su género y apariencia: “Me veo muy joven y eso genera muchos prejuicios. Actualmente en reuniones con colegas, no es raro que me saluden con un ‘mi niña’. Sé que no lo hacen con mala intención, pero pido siempre el mismo respeto y trato profesional que yo entrego. Esto no es un hobby, es mi carrera y me la tomo con total seriedad”.



Al reflexionar sobre el rol de las mujeres en la cocina profesional su respuesta es contundente: “Hoy el poder femenino en las cocinas se está haciendo notar con más fuerza. Hay sensibilidad, mirada y carácter. Sigo viendo que en reuniones con marcas, proveedores y futuros clientes se espera que el chef a cargo sea un hombre, pero apenas conversamos sobre asuntos técnicos ya no quedan dudas de quién lleva el proyecto”.

En 2023, Javiera formó parte de la Selección Gastronómica de Chile, experiencia que describe como una de las más importantes de su carrera: “Trabajé junto a Nicolás Gárate (@nicolasgaratechef) , capitán de la selección, de quien aprendí muchísimo sobre cocina de competencia y desarrollo logístico. Aquí me desempeñé cumpliendo dos roles, primero como chef competidora y luego como chef manager, organizando los viajes y todo lo necesario para representar a Chile de la mejor manera posible. Fue un proceso enriquecedor profesional y personalmente”.

Al año siguiente viajó a Alemania junto a la Selección Gastronómica y a su pareja, Gabriel Reyes (@gabrielreyes_m), lo que significó un apoyo emocional clave en medio del rigor. Ambos compitieron en los IKA Culinary Olympics, consiguiendo triple medalla olímpica para Chile, dos de oro y una de plata.




Raíz, visión y sabor

Javiera trabaja desde sus ideales y define su propuesta con claridad: “Hoy siento que la cocina que hago es genuinamente mía. Me inspira la innovación, las técnicas contemporáneas y el respeto absoluto por el producto de estación. Busco siempre minimizar el desperdicio y aprovechar al máximo cada ingrediente”.

Su proceso creativo nace de una suerte de bitácora personal: “Guardo imágenes, anotaciones e ideas espontáneas. Cuando armo un menú para un evento recurro a ese archivo emocional y gráfico que me permite fluir sin presiones”.

Acerca del momento o estado en el que se encuentra la cocina chilena, esta joven chef reconoce que ha escuchado diversas críticas, algunas de las cuales afirman que hoy no existe o que lo poco que queda se ha desplazado a zonas rurales. La relación con sus proveedores es central para ella, pues cree que la identidad chilena está viva en los productos locales, frescos y de temporada. Por esta razón se mantiene siempre atenta a nuevas materias primas disponibles, que utiliza para diseñar propuestas únicas acorde a las solicitudes de sus clientes. Para Javiera, nuestra identidad gastronómica es cálida, hogareña y profundamente emocional: 


“La cocina chilena es fiel reflejo de amor, está hecha para compartir, para reunirnos, tiene sazón e historia. Creo que si queremos proyectar nuestra cocina para que el mundo la conozca y valore, primero debemos respetarla y ser fans de lo nuestro”

(Javiera Palacios - Chef Privada)


La Taza: su cocina hecha proyecto

Con una sonrisa, Javiera confiesa: “La Taza es mi guagua”. Este proyecto nació en junio de 2024 como una extensión natural de su trayectoria y su trabajo como chef de eventos, pero rápidamente adquirió forma propia. Hoy es una propuesta integral que fusiona técnica, servicio, relato y emoción. 

El nombre proviene de su amor por el café, siempre con una taza en la mano, y de sus visitas a una cafetería en Barcelona llamada La Papa, que la marcó por su calidez y constancia.

La Taza no es una banquetería convencional, sino una experiencia completa: “Diseño menús personalizados, con técnicas contemporáneas como salmón curado, aires cítricos, steak tartar y esferificaciones, entre muchas más. También me encargo del montaje, la vajilla, el personal e incluso del show de hielo seco. Quiero que mis clientes disfruten como un invitado más, sin preocuparse de nada”.



Su proceso es meticuloso, comenzando con un formulario inicial, reuniones técnicas, diseño del menú y un briefing con su equipo de trabajo previo al servicio: “Trabajo con mi pareja como jefe de cocina y con Matías Villarroel (@mvtt.99) como jefe de barra, además de un grupo de colegas de alto nivel. Somos un equipo comprometido y muy profesional”.

El relato detrás de La Taza y de cada uno de sus eventos es claro, visibilizar y fortalecer el rol de la mujer en el rubro gastronómico: “Me gusta que mis clientes vean que yo soy quien está a cargo, que los menús llevan mi sello y que en mi equipo también hay una mirada femenina que se expresa en cada detalle y gesto de hospitalidad”



“Cocinar es mi pasión, pero también una manera de representar esa fuerza femenina y transformarla en una experiencia que conecta e inspira”

(Javiera Palacios - Chef Privada)


Ese mismo enfoque ha inspirado a otros jóvenes que la siguen en redes sociales: “Me emociona cuando muchos me escriben para contarme que mi trabajo los motiva a estudiar cocina. Saber que puedo inspirar a otros y que mi historia puede abrir caminos, es algo que me llena profundamente”.


El plato que la representa y un sabor que promete quedarse

Si tuviera que resumir su historia en un plato, Javiera lo tiene claro. Un pescado chileno, salmón o róbalo, apenas tatemado para resaltar sus sabores naturales acompañado de duraznos asados en pasta miso. Una combinación dulce y umami que refleja fuerza y suavidad, tradición e innovación, técnica y emoción, destacando su dualidad como cocinera. 

“Quiero que al probarlo las personas digan ‘esto lo cocinó la chef Javiera Palacios’ y que lo recuerden como reflejo de mi identidad. Más allá de los ingredientes que utilice, mi cocina busca ser memoria e inspiración, y como lo repito una y mil veces, una experiencia completa”.

Conversar con “la Javi”, como le dicen sus amigos, es hacer una pausa entre tanto ruido. Con La Taza, su proyecto más reciente, ofrece cenas privadas y servicios de catering creando espacios cercanos y memorables. 

Si algo queda claro al terminar esta conversación, es que con su calma y madurez ya se perfila como una de las voces jóvenes más prometedoras de la gastronomía nacional, y aunque su historia recién comienza está dejando un sabor imposible de olvidar. 


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La Taza SCL”, Santiago (Chile). Para conocer más visita la cuenta de Instagram de @lataza.scl y su perfil personal @javi.palacioss

WABI SABI: un izakaya oculto en un rincón de Santiago

by junio 07, 2025


Entre calles que guardan historias de barrio y donde la vida cotidiana se mezcla con memoria popular, se esconde un rincón inesperado lejos de sectores gastronómicos de moda. No hay carteles ni luces llamativas, sólo una casa discreta con una terraza interior, perritos curiosos dando vueltas entre las mesas y un leve aroma a oriente flotando en el aire. Se llama Wabi Sabi y es mucho más que un restaurante.




Llegué a este pequeño izakaya gracias a la intuición y motivado por una publicación en redes sociales que, sin decir mucho, me dejó con la sensación de que ahí pasaba algo especial. Reservé para cuatro personas a través de un DM en instagram y días después me llegó un menú breve y concreto, que ya dejaba pistas de esta aventura culinaria. La dirección en cambio llegó un día antes, al más puro estilo de las cenas clandestinas.

Salí del metro, caminé un par de cuadras y me junté con unos amigos en la entrada del lugar. Nos recibió Pony, diseñadore de profesión y cocinere por amor al oficio, quien después de un viaje revelador a Japón decidió abrir este espacio cálido, seguro, queer, neurodivergente y pet-friendly.

El menú es dinámico y cambia cada cierto tiempo, pero hay una promesa que se mantiene: sorprender sin carne, sin culpas, y ser una cocina vegana con carácter. 

Empezamos con la BENTO BOX GINKO ($14.000), una bandeja con edamames al dente, gyosas rellenas de shiitake y tofu, baos esponjosos, y musubis de arroz blanco con yuba salteada o tofu sellado. Todo servido en silencio, como si Pony supiera que hay momentos en los que no hace falta decir nada.

 


Después vinieron los fondos. Pedimos el RAMEN ($7.000), con un caldo hecho a base de alga kombu, hongos shiitake, miso y soja, que envuelve el paladar y abriga el cuerpo con un perfil de sabor profundo y redondo. Fideos de trigo, tofu, verduras y setas salteadas le añadieron textura y emoción. A un costado, el UDON llegaba humeante, suave y generoso, con un caldo miso que se sentía como un abrazo.



Wabi Sabi no copia la cocina japonesa, la reinterpreta con respeto, delicadeza e identidad propia. Usando alga kombu y shiitake para su base de sabor, como un dashi muy umami pero vegetal, logra un parecido a esa cocina budista japonesa (shōjin ryōri) donde todo tiene un propósito. Acá no se copia, se honra con creatividad a ese Japón más íntimo, silencioso y ceremonial.

Para beber pedimos té verde helado de jazmín y kombucha de maqui, ambos aromáticos y frescos. Mientras que el té limpiaba el paladar, la kombucha despertaba los sentidos, estando ambos en sintonía con las propuestas del menú. 

En Japón los izakayas suelen ser ruidosos y alegres, con el alcohol marcando el ritmo y la comida acompañando. Acá la lógica se invierte. Las bebidas están al servicio de los platos, generando una experiencia más introspectiva que festiva, lo que permite comer con pausas y respirar distinto. 

El ambiente complementa este concepto, con farolitos pequeños que proyectan una luz suave, una especie de pop asiático melódico de fondo y una cocina abierta que permite ver cómo se preparan los platos.


Pasando una cortina hay una sala interior que se transforma en una pequeña tienda-galería con libros sobre cocina japonesa, mangas, figuritas de colección y algunos ingredientes para replicar en casa lo disfrutado en este espacio. Todo está dispuesto con cuidado, como si cada objeto contara una historia, porque nada en Wabi Sabi parece estar al azar.

 


En una ciudad donde muchos restaurantes compiten por destacar, este espacio elige susurrar, bajar el volumen, cultivar la calma y ser fiel a lo que cree: la comida puede ser una forma de cuidado, una herramienta de expresión y una manera de resistir sin alzar la voz

Aquí la cocina es honesta, hecha con cariño, y conectando parte de la cultura asiática con sensibilidades actuales, como el veganismo, la identidad, la comunidad y el arte. Su aporte está en conmover, cuidar y significar a través de la comida. 

Este no es un restaurante al que vas porque está de moda, es uno al que vuelves cuando necesitas respirar distinto, reencontrarte, compartir sin prisa o simplemente hacer una pausa. Y ahí, en ese gesto tan humano, se descubre su verdadero valor. 

La visita termina con la sensación de haber descubierto una experiencia auténtica, uno de esos secretos que aunque una parte de ti quisiera guardarlo, sabes que merece ser contado.



Si alguna vez necesitas una pausa en medio del ruido capitalino y un reencuentro con lo esencial, date la oportunidad de vivir esta experiencia pero no lo cuentes todo… Deja que cada persona la descubra a su ritmo porque algunos lugares no se revelan, se disfrutan.

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WABI SABI, Santiago (Chile).
Viernes, sábados y domingos 14:00 horas. Para conocer más visita su perfil de Instagram @wabisabi.cocina y reserva por DM.
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